El Período Colonial debe considerarse como parte de esta secuencia, ya que si bien la conquista significó un cambio drástico en la forma de vida de los grupos mayas, tampoco fue su fin.
Aparte de los efectos puramente bélicos, el mayor desastre fue el causado por las epidemias, que en muchas regiones redujeron la población a menos del 10% de sus habitantes originales.
En el ámbito religioso, las poblaciones Mayas también fueron obligadas a cambiar creencias, lo cual nunca sucedió por completo, y gracias a muchas prácticas clandestinas, las creencias tradicionales han sobrevivido hasta nuestros días; eso sí, a través de procesos sincréticos que asimilaron muchos elementos cristianos.
Sin embargo, esto no fue nuevo, ya que en tiempos prehispánicos fue muy común el asimilar deidades de otras regiones de Mesoamérica. La economía también se transformó considerablemente, aunque la base agrícola permaneció en las comunidades rurales y sigue siendo la forma de procurar el sustento diario.
Al analizar estos 4,000 años de historia, la cultura Maya debe reconocerse como una de las más ancestrales de América y de todo el mundo. Es una herencia cultural que forma parte intrínseca de cada país, y que se expresa a través de los vestigios de sus ciudades, sus admirables obras de arte y las historias escritas con jeroglíficos, pero también en los elementos de su cultura que día a día forman parte de la vida cotidiana de quienes viven en esta privilegiada región.
Es por esto que las expresiones culturales mayas se encuentran hoy en día a través de sus coloridos textiles y artesanías, su gastronomía y fiestas religiosas.