De las antiguas ciudades del Petén destaca Tikal, una de las más emblemáticas del Mundo Maya y la mayor en extensión, por lo que fue declarada Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1979, y fue el primer sitio declarado como “mixto”, por su combinación de patrimonio cultural y natural.
Su larga ocupación entre el Preclásico Medio y el Clásico Tardío resultó de un crecimiento acumulado que culminó en una de las expresiones más impresionantes de arquitectura monumental, representada en sus templos piramidales, como el Templo del Gran Jaguar, el Templo de las Máscaras, el Templo del Sacerdote Jaguar, el Templo de la Serpiente Bicéfala, el Templo 5 y la Gran Pirámide de Mundo Perdido.
Asimismo, los conjuntos tipo acrópolis constituyen una muestra de la arquitectura palaciega y ceremonial, como el caso de la Acrópolis Central y la Acrópolis Norte. Otros conjuntos como los Complejos de Pirámides Gemelas fueron espacios ceremoniales que replicaron el cosmos.
En Tikal se han encontrado 40 estelas y más de 20 altares, los cuales registraron la historia de una dinastía de más de 30 gobernantes entre los siglos II y IX d.C. Durante todo el Clásico Temprano, Tikal dominó casi todas las Tierras Bajas, hasta que fue derrotado por Calakmul y otras ciudades aliadas a mediados del siglo VI d.C. Por siglo y medio permaneció bajo su dominio, hasta que el gobernante Jasaw Chaan K’awiil derrotó a Calakmul en el año 695 d.C., restaurando su papel de capital regional.
Sin embargo, fue un apogeo corto, ya que a finales del siglo VIII d.C. ya había perdido gran parte de su hegemonía en la zona.
Dioses divinos que decidían
Popol-Vuh
el agua con la lluvia,
la luz con el sol,
el alimento con el maíz,
la vida con la muerte…